El yin yoga tiene cómo objetivo mejorar el rango de movilidad. Se enfoca en estirar y, con ello, rejuvenecer los tejidos conectivos: fascia, ligamentos, tendones articulaciones y líquido sinovial; y los canales de energía o meridianos que recorren estos tejidos.
El yin es un estilo de yoga pasivo y se compone por posturas centradas en caderas, pelvis y lumbares que se mantienen de manera prolongada durante tiempos de 3 a 5 min o más en practicantes avanzados. Cada postura tiene diferentes variaciones y el estudiante puede usar tantos soportes como necesite para aguantar la postura el tiempo propuesto.
El reto de yin yoga es mantener las posturas durante largos periodos manteniendo una mente atenta y una respiración consciente. Al mantener las posturas y llegar tan profundamente, calma el sistema nervioso central, estimula el flujo de energía vital (Prana) y te enseña a relajarte a nivel profundo.